viernes, 18 de julio de 2014

Una mujer virtuosa en la ciudad

¿Qué es lo que, en general, está buscando una mujer en nuestros días? Normalmente, belleza, verse delgada, un hombre que la ame, realizarse profesionalmente, ropa, zapatos, joyería, nuevos looks etcétera.

       Esto no es precisamente malo, la palabra de Dios nos dice en Proverbios 31:30 “Engañosa es la gracia, y vana la hermosura. La mujer que teme a Jehová, esa será alabada.”

       No quiero dejar de mencionar que en nuestros tiempos modernos vemos también mujeres muy trabajadoras, esforzadas, valientes que salen adelante solas con sus hijos sin un hombre a su lado, mujeres dedicadas a su familia y muchas que han destacado en diferentes ámbitos de la sociedad como en la política, deportes, arte, educación y más. Mujeres que han hecho el bien al mundo que les rodea, las cuales admiramos y honramos sus vidas. La palabra de Dios reconoce este tipo de mujeres, nos dice “Muchas mujeres, hicieron el bien, mas tú sobrepasas a todas” (Prov. 31: 29).

       Para Dios no es importante la hermosura física, o la gracia natural que podamos tener ante los demás; Dios mide la belleza de una mujer por el temor (reverencia) que le tiene a Él. Te invito a que leas Proverbios 31:10-31 ¿Cuál crees que era el secreto para que esta mujer “anónima” de Proverbios 31 fuera considerada una Mujer Virtuosa? Exacto, “su temor a Jehová” (poner a Dios en primer lugar en todas las aéreas de su vida).

       Dios nos ha dejado revelado en su palabra las características de esta Mujer ejemplar, y así es como Él desea que seamos aún en nuestros tiempos modernos; los principios de Dios no cambian, siguen siendo los mismos ayer, hoy, y siempre, cambiarán las formas las modas, maneras de pensar del ser humano, incluso las tradiciones pero “sus principios no”.

       Proverbios 31:10 nos dice “Mujer Virtuosa ¿Quién la hallara? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas”. Obviamente para Dios, sus hijos tenemos un valor mucho más grande que el de una “piedra preciosa”, pero este ejemplo o comparativo, es para entender que el valor de una mujer virtuosa es incalculable. Veamos sus características:

      -Autoestima sana (Prov. 31:10): Su estima tiene un valor incalculable. Su autoestima es balanceada. No piensa más de sí misma, ni menos de sí misma. 

       -Confiable (Prov. 31:11-12): Lo primero que notamos es que su esposo confía plenamente en ella ¿Acaso esto está presente en los matrimonios actuales?, de seguro muchas esposas le dan cosas buenas a sus maridos, pero ¿Lo hacen todos los días como dice en estos versículos? Muchas mujeres que lean esto quizá no estén casadas, pero podemos comenzar a comportarnos de esta manera con las demás personas, si no cuando llegue el tiempo de estar casadas.

       -Trabajadora, proveedora y servicial (Prov. 31:13-15): No es perezosa notamos que en el versículo 13 dice que trabaja con voluntad no porque sea una obligación que le pese, creo que aquí queda claro que una mujer puede trabajar, pero sin dejar de velar por su familia y debe de hacerlo con amor, con disposición, haciéndolo de la mejor manera para su familia, los que están bajo su mando, y los necesitados.  

       -Visionaria, fuerte, organizada y esforzada (Prov. 31:16-19): Aquí vemos una mujer responsable y vemos que no solo es ama de casa si no también empresaria en la actualidad a veces se cree que por ser mujer cristiana, Dios no te permitirá trabajar y tendrás que quedarte en tu casa solo a atender de tu familia, pero aquí vemos como esta mujer era trabajadora. Recordemos el punto anterior, nunca por ningún motivo descuidemos nuestro tiempo con nuestra familia y mucho menos con Dios. ¿Algunas veces se han sentido cansadas, de lo que sea, por ejemplo del aseo del hogar, del trabajo, de la escuela? En el versículo 17, Dios nos muestra que la mujer virtuosa también se cansa, pero vemos que no se daba por vencida, si no que se llenaba de fuerza y seguía adelante, y definitivamente Dios era quien le daba esa fortaleza. 

       -Bondadosa y generosa (Prov. 31:20): Aquí podemos ver la gran sensibilidad que tiene la mujer Virtuosa para quienes la necesitan. Es importante que le pidamos sensibilidad a Dios, para poder notar cuando alguien tiene un problema y poder ayudarlo. 

      -Valiente y creativa (Prov. 31:21-22).

      -De buen nombre (Prov.31:23).

      -Empresaria, prudente, segura y sabia (Prov. 31:24-27): Algo que me encanta es que esta mujer planifica todo, otra virtud es su actitud ante la vejez y el futuro. Esta mujer era sabia porque ella ponía a Dios en primer lugar en todos sus caminos. El principio de la sabiduría es el temor de Jehová (Prov. 1:7, fragmento).

       -Reconocida y honrada (Prov. 31:28-31): El resultado de todas estas Virtudes son el respeto, la admiración y el amor que su familia le tenía. 

       Que tal ¿maravillosa esta mujer no? Podríamos llegar a pensar… ¿Cuándo llegare a ser así? Si Dios permitió que se escribiera esto, no es nada más para que nos deprimiéramos o desanimáramos pensando que nunca podremos ser como esta mujer virtuosa. Al contrario lo escribió para que nos esforzáramos cada día, para ser llamadas 'Mujeres Virtuosas', mujeres que dejemos huella donde vayamos, mujeres que hagamos la Diferencia en donde estemos, mujeres que hagan sonreír a Dios. 

       Medita en este versículo Filipenses 4:13 “Todo lo puedo en Cristo que me Fortalece”. No estás sola mujer, el Creador de este universo, nuestro amado Dios, te ama tanto y desea relacionarse contigo cada día de tu existencia y así guiar tu diario caminar. 

       Recordemos una vez más que la clave del éxito en esto está en Proverbios 31:30 (fragmento): La mujer que teme a Jehová, esa será alabada ¿Quieres comenzar a ser una mujer virtuosa? Te invito a que todos los días realices un pequeño devocional (relación personal con Dios) y a que pongas en práctica las características que Dios nos mostró, ora para que Dios te siga cambiando pero también tú debes trabajar en ello. 

Bendiciones abundantes. 
Con Amor de Cristo

Bertha Moreno

La mujer como ayuda idónea

Mujer, símbolo de belleza, femineidad, ternura, delicadeza y sensibilidad. La mujer ha sido considerada el cimiento del hogar.

       En ella se visualiza la figura materna de amor y protección dentro del seno familiar. Mujer, aquel ser que es capaz de afrontar grandes retos de la vida, siendo su fortaleza incomparable. Todas estas características bien describen su esencia, pero ¿cómo es la mujer ideal?, ¿qué hay dentro de una gran mujer?, ¿quiénes son aquellas mujeres puras y auténticas?, ¿qué las hace especiales? Aún respondiendo a estas preguntas, la gran cuestión es: ¿Cómo se percibe a la mujer como ayuda idónea?


       Empecemos por definir a una gran mujer. Si bien es cierto, la mujer está llena de cualidades y aptitudes, en gran medida su potencial se debe al coraje y la valentía de superarse día con día; demostrar que puede lograr lo que se propone. Asimismo,  la mujer es considerada como un ser cambiante que puede realizar muchas acciones a la vez sin ninguna dificultad. Todas estas características podrían describir perfectamente lo que es ser mujer pero algo está por encima de todas estas cualidades, algo que trasciende y que no tiene comparación alguna: Una gran mujer es aquella que transita por los caminos de Dios.

       Una verdadera mujer de Dios vive y se regocija en Él. Como un buen seguidor de Dios que es leal sin importar dónde esté, así la gran mujer. Ella es el ejemplo y la imagen de Dios para su familia, no solamente en la iglesia, sino que su ejemplo lo lleva consigo a donde quiera que vaya.

       Ya que hemos definido el concepto de una gran mujer, la pregunta en cuestión permanece: ¿Cómo es la mujer como ayuda idónea? Primeramente debemos de saber que la mujer que brinda ayuda idónea es aquella que posee una buena disposición en todo momento. Si llevamos este contexto a la familia descubriríamos que el rol de la mujer es el de la buena esposa.

       Como bien sabemos, tanto el hombre como la mujer tienen un rol diferente. ¿Cuál es el rol del hombre en la familia? Ser la cabeza del hogar; ¿Cuál es el rol de la mujer en la familia? Ser el cimiento del hogar. Cuando ambos seres deciden formar una familia es importante reconocer el papel que tienen establecidos y llevarlos a cabo conforme a la Palabra de Dios, esto significa que ambas partes tienen que trabajar juntos llevando a cabo sus responsabilidades y siendo el ejemplo de Cristo para formar así una familia basada en el amor, la obediencia y la paz.

       Es cierto, somos seres humanos y todos cometemos errores, y las personas que se darán cuenta de cada uno de ellos serán los integrantes de nuestra familia. No es fácil ser la cabeza de la familia, no es fácil tomar decisiones; por ello, el papel de la esposa es brindar apoyo incondicional al marido aún sabiendo que es una persona imperfecta y que seguirá cometiendo errores. Una gran mujer como cimiento de la familia no sólo brinda apoyo, sino que honra y respeta a su marido.
     
       Es evidente que ambas partes deben de corresponder al amor mutuo, pero para que la familia se fortalezca en el amor de Dios es indispensable que la esposa siga animado y sobre todo respetando a su esposo sobre todas  Las cosas. Una buena esposa debe evitar a toda costa las críticas y juicios que pueden desencadenar una gran pelea, al contrario, debe mantener la serenidad y la paz para poder lograr una transformación en su esposo y seguirlo ayudando a crecer conforme la Palabra de Dios.

       ¿Cómo va a funcionar la familia? Siguiendo los caminos de Dios y con esto nos referimos a la obediencia y al seguimiento constante de lo que Dios demanda de nosotros. La gran mujer será de gran ejemplo y logrará hacer la diferencia con su comportamiento cuando la situación en la familia siga un curso complicado.

       Así pues, podemos decir que la mujer como ayuda idónea es la mujer dócil y sensata que logra transformar la vida de su esposo mediante su conducta. Si la esposa sigue los caminos de Dios, deja todo en manos del Creador, pero sobre todo vive de acuerdo a las Escrituras, logrará triunfar.

Jenny E. Medina

Baja autoestima... ¡Ya no más!

Mi madre me crio siendo soltera y sólo la veía por las noches. Siempre me decía que yo era una carga y que el día en que me fuera de la casa, ella podría empezar a ser feliz. Fue así, como siendo aún una niña conocí a quien hoy es mi esposo, me pintó un futuro lleno de amor y felicidad. Supongo que el estrés por la falta de trabajo lo ha puesto agresivo ¡No sirvo para nada, ni siquiera para pensar!

        Hoy en día hay miles de personas viviendo situaciones similares a la descrita anteriormente. Es lamentable que tantos jóvenes y niños carezcan de figuras de autoridad positivas (padre, madre, abuelo (a), etcétera) que los guíen por la vida, les inculquen valores, cariño, seguridad y reconozcan su potencial. Es en la niñez cuando una persona adquiere gran parte de su bagaje cognitivo, el ejemplo resulta indispensable para formar personas de bien, consientes de sí mismas y de los demás. Es a través del ejemplo y la experiencia que un niño puede conocer su entorno y tomarlo como su naturaleza, es decir, apropiarlo con facilidad y asumir que eso es lo común y aceptable para todos,  pero ¿Qué tiene que ver la autoestima con todo esto?

       En Proverbios 18:21 se menciona que nuestras palabras tienen poder para dar vida o para dar muerte. Si una persona da comentarios negativos a otra (eres inútil, un burro, eres feo (a), eres un error, nunca lograrás algo, no podrás ser feliz)  y esta otra no tiene factores protectores que sirvan como escudos, las palabras penetrarán hasta el fondo de su ser y dejarán huellas psicológicas dañinas, perjudicando su confianza, sus relaciones con los demás, su afecto y amor propio, permitiendo a su vez una serie de abusos hacia su persona, debido a que no se conoce a sí misma y ha crecido con una idea errónea por las opiniones que otros tienen sobre ella, etiquetándola con palabras de maldición que le han impedido y convencido de que no puede ser quien quiere ser.


       La baja autoestima provoca que una persona permita cosas indebidas e indeseables. Pueden caer en abusos, desprecios, inseguridades, relaciones familiares o de pareja conflictivas, dependencia, celotipia,
bullying, adicciones, delincuencia, daño físico, psicológico, sexual, enfermedades físicas o mentales como la depresión, deseos de autolesión o suicidio, por mencionar algunos.

       La autoestima en palabras de Martínez1 “es la valoración que le damos a nuestro ser, el conjunto de rasgos corporales, mentales y espirituales que conforman nuestra personalidad, y que son aprendidos durante nuestra vida”.

       Si tú te encuentras en una situación similar, en la que debido a un pasado con experiencias desagradables has sentido que no puedes lograr lo que deseas, que mereces menos que otras personas, que tus relaciones de pareja o familiares siempre serán problemáticas. Si sientes tristeza profunda y has llegado a pensar hasta en la muerte. Si has crecido con palabras y etiquetas que han estado dañando tu corazón repitiéndote que no vales nada, que eres inútil, que eres un error y que nadie te quiere.

       Déjame decirte que eso no es así, hay alguien que te ama con amor eterno, infinito e incondicional, que te ha creado como una persona única e irremplazable para que formara parte de este momento de la historia por una razón importante, ese alguien es Dios. Él tiene un plan perfecto para tu vida y para los que están a tu alrededor.

       Tal vez pienses, y ¿Dónde estuvo Dios cuando me ofendían o me abusaban? Él siempre ha estado a tu lado, dándote la vida y la fortaleza para seguir adelante. A veces permite cosas que no entendemos en el preciso momento, pero al pasar del tiempo, nos damos cuenta de que gracias a que alguna situación ocurrió, estamos preparados para lo que está por venir, y tenemos la confianza en su palabras cuando nos dice: “Porque yo sé los planes que tengo para vosotros declara el Señor planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza” Jeremías 29:11.

       Dios siempre tiene lo mejor para nosotros, Él puede restaurar un corazón herido y transformar toda una vida a través del poder del perdón y el amor, esos elementos son indispensables para liberarte de ataduras del pasado y caminar hoy en día con la frente en alto, con una sonrisa en el rostro y hacer resplandecer la luz que hay en tu interior.

       Al aceptar a Jesús en tu corazón y permitir que Él ordene cada aspecto de tu vida, gozo y paz te llenarán y una nueva identidad te esperará; ahora podrás ser llamado hijo de Dios y como tal, todo lo puedes lograr, reconocerás que eres y siempre has sido, un ser amado, protegido, guiado, bendecido, respaldado, fortalecido, un ser que puede servir a otros para ayudarlos a vivir en plenitud conociendo su potencial y su verdadera identidad. Así que ya lo sabes, Dios quiere que seas una persona feliz, no permitas menos de lo que mereces; sólo Él puede restaurar tus emociones.
Éxito.

Maribel Sánchez

1Martínez, E. (2010). Desarrolla tu autoestima con PNL. México: Editores Mexicanos Unidos.

En la salud y en la enfermedad

                   ¿Te sientes mal? ¡Oh! Seguramente o eres tú o conoces a alguien que no está muy bien de salud. Bueno, en ocasiones suena triste estar en momentos de baja salud ¡Pero no es así para nosotros, los hijos de Dios! Con el gozo en medio del dolor y la calma en medio de la tormenta, los hijos de Dios salimos adelante siempre en nombre de Dios. A continuación acompáñanos de ver por qué es tan bonito tomarse de la mano de Dios en la enfermedad.
                Para entender esto, primero quiero presentarte a un viejo amigo mío. Lo llamamos Job, hombre promedio, aunque con una muy buena posición social. De dinero, dueño de muchos terrenos; mucho ganado y animales por demás; además de todo, una familia preciosa, hijos e hijas espectacularmente bellos, cada día de la semana daban festines e invitaban mucha gente ¿Sabes? Job era un hombre fabuloso ante los ojos de Dios, no había otro como él sobre la tierra1.
                No quiero hacerte el cuento largo, pero fíjate que el diablo de cizañoso fue con Dios y le dijo:
 ¿Teme Job a Dios de balde?¿No le has tú cercado a él, y a su casa, y a todo lo que tiene en derredor? El trabajo de sus manos has bendecido, y su hacienda ha crecido sobre la tierra. Mas extiende ahora tu mano, y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu rostro. (Job 1: 9b-11)
                Es decir, que Job le amaba porque tenía todo, así que Dios lo dejó que le quitara todo a Job, menos su salud y su vida. Lo que ni tarde ni perezoso, lo hizo. Pero ante la pérdida de todos sus bienes, ante la muerte de todo su ganado, y ante la muerte incluso de sus hijos; Job sólo se calmó “y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.” (Job 1: 21).
                ¡Ah! Qué respuesta tan más bella. Pero el diablo, no conforme con esto regresó con Dios y dijo “Mas extiende ahora tu mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no te maldice en tu rostro” (Job 2: 5). Y Dios otra vez le dio permiso, esta vez de que se metiera con su salud. Así que lo plagó con sarna de pies a cabeza. Pero Job se mantenía fiel.
                Tres amigos lo vinieron a ver, y durante mucho tiempo lo quisieron convencer que había pecado y ésta era su paga, pero Job sabía que no era por pecado por lo que le sucedía eso. Finalmente, tras muchas discusiones (a las que se agregó un cuarto amigo), Dios se apareció y recompensó a Job por su Fe. Le dio más riquezas que las que había tenido antes, más terrenos, más ganado; incluso más hijos, y sus hijas fueron las más hermosas de toda la tierra2.
                Bueno, bueno, ya te conté la historia de Job, pero ¿Qué tenía que ver eso con tu salud? ¡Oh! Aquí es donde quiero que nos detengamos a analizar un poco la situación de Job. La intención del diablo era separar a Dios y a Job, quería que la hermosa relación entre ellos se perdiera y Job se condenara. Pero para su desgracia, no le bastó con quitarle todo lo material que Job poseía, aún quitándole todo lo que tenía, todas y cada una de sus posesiones, incluso a sus hijos; aun así Job no se apartó, y glorificó a Dios.
                Es decir, el diablo tuvo que acudir una segunda vez con Dios para que le diera permiso de atacar su salud, y de esta forma ver si conseguía su objetivo. El diablo ataca la salud, cuando quitar lo material no es suficiente, cuando el espíritu está tan firme con Dios, que tiene que meterse con lo más íntimo que tenemos, nuestro templo de Dios, el lugar donde Dios habita.
                Antes que nada, si te empiezas a enfermar (o cualquier otro problema de salud, más grave te ataca), tienes que saber que el diablo quiere derribarte, va con todo y está utilizando su arma más potente cuando de derribar gente se trata. No le interesa quitarte tu celular o tu computadora, porque son cosas pasajeras, él ataca lo que de verdad importa, tu relación con Dios, tu templo, tu centro de adoración inalámbrico que va contigo a todos lados.
                ¡Ah! Lo bueno que los hijos de Dios, somos una bola de Jobs. La actitud de Job en Fe, ante tu pérdida total de todo, y su enfermedad, fueron el punto clave que llevó a Job ante la presencia de Dios dignamente, y a ser recompensado en gran medida por Dios. Por tanto ¿No será importante nuestra Fe y nuestra actitud ante los problemas de salud?
                Una cosa importante de Job es que clamaba a Dios; aunque Job lamentaba su situación, en repetidas ocasiones clamó a Jehová, declaró la grandeza de Dios, así como la confianza que tenía en él3. Así que hay que ponernos a orar, a clamar a Dios, sabemos que él escucha ¿Por qué no hacerlo en estas situaciones? Y como Job, declarar la grandeza del Señor y la fe que tenemos en él. Como ya dijimos, la actitud y la Fe son punto importante; la misma palabra nos dice que por la Fe es que somos salvos, así como que por ella es que nos acercamos a Dios4.
                Incluso, algo maravilloso de la situación de Job, es que sus amigos también se vieron beneficiados con la situación de Job. Ellos creían muchas cosas, cada uno tenía su teoría, y todos contradecían a Job; finalmente llegó Dios, lo recompensó por todo, y su Fe, iluminó la vida de sus amigos, los ayudó a madurar en Dios.
                Nosotros constantemente queremos ser luz y reflejar a Dios, y tenemos tantas oportunidades para hacerlo, que incluso solucionando nuestros problemas ayudamos a los demás a crecer.
                Si tú te encuentras en este momento enfermo o pasas un problema de salud, te invito a que no decaigas, que levantas la mirada a Cristo, y que así como Job, no despegues tu Fe de Dios; al final te aseguro que serás recompensado más de lo que puedas soñar. No te garantizo que en dos segundos tu dolor se irá y que como en películas, estarás como nuevo; pero si te garantizo que se hará la voluntad de Dios, la cual es perfecta y de bien para ti5.  
Si, gracias a Dios, estás sano, pero conoces a alguien que no, te invito a que intercedas por él en oración, si puedes ayudarlo en algo, hazlo; y aprende todo lo que puedas de eso; ora para que ambos crezcan por medio de dicha experiencia.
Nunca despegues la vista de Dios6, confía en que si algo pasa, es así su voluntad5. Sólo necesitamos dos cosas para vivir aquí, Dios y salud, no te deshagas de ninguno, porque pierdes los dos.

 Fernando Castro


                1Job 1: 8
                2Job 42: 15
                3Job 9, 12, 14, 19, 23, 26, 28.
     4Hebreos 11: 1, 6; Efesios 2: 8-9
                5Jeremías 29: 11
                6Hebreos 12: 2

jueves, 3 de julio de 2014

Los celos y el amor

¿Has escuchado frases como “lo celo porque lo/a quiero”, “mis celos muestran el amor que le tengo” o “no son celos, es miedo a perderlo”? Desafortunadamente yo sí, y es que en nuestros días es muy común escuchar que la gente relaciona los celos con estar enamorado, pero ¿En realidad los celos son amor?

       En mi opinión no lo son, pero llegaremos a eso pronto. En nuestros días es muy complicado definir qué es el amor, cómo se usa, con qué se come, ya que por diversos factores como la sociedad, modas y televisión, entre otros, afectan nuestro entendimiento y percepción de este concepto. El amor se relaciona con tener un sentimiento positivo hacía una persona de manera romántica como puede ser una pareja o de manera fraternal como pueden ser los amigos o la familia, sin embargo el uso de la palabra está muy gastado. A diario escucho como la gente usa esta palabra para cualquier cosa “Amo comer, amo el fútbol, amo dormir” así que ¿En realidad qué es y qué no es el amor?

      Una pregunta muy difícil de contestar a decir verdad. Si vamos a 1ra de Corintios 13 (muy conocido, por cierto) podemos encontrar que Pablo da unas características sobre la naturaleza del amor entre ellas el ser sufrido, no hacer cosas indebidas, no es envidioso, todo lo espera, lo soporta entre otras cosas. Estas palabras parecen contradecirse con la frase “lo celo porque lo quiero” ya que podemos ver claramente que el amor no tiene nada que ver con los celos, son cosas que no van de la mano, dos conceptos por así decirse opuestos.

       Y ¿Por qué se dan los celos? Los celos son el producto de la desconfianza en uno mismo, el temor a no ser lo suficiente para alguien y que esto cause que la otra persona se vaya con “otro/a”; pero en vez de expresar estos sentimientos de desconfianza los celos se manifiestan comúnmente con chantajes, berrinches, prohibiciones, manipulación entre otras actitudes de desconfianza.

       Creo que todos en algún momento de nuestra vida hemos sentido los celos, al ser humanos no podemos en algún momento de nuestra vida evitar sentirlos. En mi vida debo admitir haberlos reflejado
de una u otra manera, la manipulación era mi manera favorita, decía cosas como “ok, vete con tus amiguitos”, “pues si lo prefieres a él está bien” o mostraba posición de victima para que esa persona se sintiera mal por mi propia inseguridad. Con el tiempo me di cuenta que ella no era el problema, el problema estaba en mí, en la idea de perder su cariño por yo no ser todo lo que ella necesitaba. Esto me llevo a tratar de ser mejor y mejor pero sólo logré estresarme y tratar de alcanzar un ideal que no se me había requerido, no me daba cuenta que ella me quería a mí y no a otros. Cuando me pude dar cuenta de eso pedí perdón por mis actitudes no saludables que simplemente empeoraban mi relación en vez de mejorarla.

       Como cristiano, creo firmemente que los celos no son algo que Dios espera de nosotros, somos humanos y se entiende, pero algo es tener celos en una ocasión y otra cosa es que estos sean nuestro modo de vida. Dios por medio de la salvación vino a llenar nuestros corazones con su infinito amor, si nosotros estamos llenos del amor de Cristo debemos reflejarlo, sentirlo, que la gente pueda sentir el amor de Dios en nuestras vidas. Sé que todos tenemos cosas que nos causan inseguridad y que tal vez no estamos 100% felices con nuestra apariencia o personalidad, y eso es lo que nos hace humanos. Mi consejo es dejar de preocuparnos por esas cosas que no podemos cambiar y enfocarnos en mejorar aquellas que si podemos.

Los celos también se presentan en los
niños, cuando nace un nuevo hijo.
       Si tu inseguridad es el color de tu piel (por poner un ejemplo) siento decirte que eso no va a cambiar, así te hizo Dios y de esa manera lo Quiso, sentirte menos por tus características físicas no te llevará a nada, mejor llénate con el gozo de Dios y date cuenta que así co


mo eres, puedes tener el amor de esa persona que quieres o que ya tienes a tu lado.

       Deja de preocuparte por cosas que no llevan a nada, si ya tienes pareja no hay razón para estar celoso, recuerda que te escogió por algo, si sientes celos o te sientes inseguro háblalo con esa persona, de esa manera los dos estarán al tanto y seguro podrán aclarar esas ideas que a veces rasgan la irracionalidad. Recuerda que el amor es más grande que cualquier inseguridad y que el amor de Dios es infinitamente más grande que cualquier obstáculo en tu camino. Celemos menos y amemos más, ya que eso es lo que Dios quiere.

Por Asael Parra

viernes, 27 de junio de 2014

Manteniendo el templo de Dios

Desde pequeño aprendí que las bebidas alcohólicas (y otras sustancias) eran malas, que eran cosas que los cristianos no consumían y de llegar a hacerlo caían en pecado.

       Hola, mi nombre es Asael Parra, nací en un hogar cristiano y mis padres son pastores desde que yo tenía 9 años. Yo nunca objeté contra estas reglas, del alcohol, al contrario, estaba totalmente de acuerdo.

       Cuando fui creciendo comencé a cuestionar el por qué no se debía consumir alcohol, los hermanos decían que la biblia mencionaba que tomar mucho alcohol era malo y que debíamos cuidarnos ya que nuestro cuerpo era templo del Espíritu Santo.

       El versículo de la biblia que habla de esto se encuentra en 1ra de Corintios 6:19 y dice así “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?”. En este capítulo Pablo habla sobre las cosas que son lícitas pero no significa que sean de conveniencia para nosotros. Y si lo pensamos bien, los cristianos tienen razón al no consumir alcohol, ya que si éste se consume en exceso trae consecuencias tanto para nuestro cuerpo (el cual es el templo del Espíritu Santo) como para nuestra vida.

       Entonces se preguntarán ¿a qué los quiero llevar con este artículo? La respuesta es sencilla, a que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo y debemos cuidarlo como tal. Actualmente los cristianos solemos hacer críticas hacia el consumo de sustancias prohibidas y esto no está mal, ya que ciertamente son cosas que nos afectan y pueden dañar nuestras vidas, pero ¿acaso son sólo las sustancias prohibidas las que nos pueden hacer daño?

      La respuesta es no, en nuestra dieta diaria hay alimentos que dañan también nuestro cuerpo como lo son las bebidas azucaradas, refrescos, grasas, sustitutos de azúcar, conservadores en alimentos y otros más, pero más allá de estas sustancias dañinas está la forma en la que las consumimos. Si lo pensamos bien un vaso de vino no nos hará daño ni nos mandará al infierno, así mismo un vaso de soda no nos destruirá, no hay en si pecado en su consumo el problema radica en la forma en que consumimos estos alimentos o bebidas.

      No debemos perder de vista que nuestro cuerpo es el templo de Dios y si queremos que Dios habite en él tiene que ser digno de Dios. Y me dirán “Hermano Asael no todos podemos tener un cuerpo perfecto y moldeado” y es cierto, pero en este caso no estamos hablando de apariencias físicas o belleza sino de estados de salud, de la forma en que mantenemos vivo nuestro cuerpo.

       Los doctores piensan que la mejor medicina es una buena alimentación y de la misma manera una mala alimentación produce enfermedades en nuestro cuerpo, y si nosotros mismos llegáramos a provocamos enfermedades ¿no estamos así pecando contra nosotros mismos? ¿Contra el templo que fue diseñado para alojar al Espíritu Santo? Yo creo que sí, y el pecar de esta manera se nos ha pasado desapercibido y es un punto del que no hablamos seriamente o a veces decidimos ignorar.

       Con mis palabras querido hermano no busco ofenderlo o increparlo, sólo hacerlo reflexionar en que tenemos que buscar agradar a Dios en todo y cuidando su templo es una buena manera de hacerlo. El alcohol ciertamente no destruye nuestro cuerpo si no se abusa de él, y tampoco estoy invitándolo a consumirlo ni con moderación, ya que la biblia nos dice en Romanos 14:21 “Más vale no comer carne ni beber vino, ni hacer nada que haga caer a tu hermano.” Y como yo no busco ser piedra de tropiezo le pido que no lo haga, no beba ni se embriague, pero tampoco haga de su cuerpo lo que quiera con otras cosas.

       Recuerde que este cuerpo no es nuestro, sino de Dios. Así como buscamos tener la iglesia limpia y presentable para adorar, así mismo debemos hacerlo con nuestro cuerpo. Con mis palabras no busco criticar su forma de vida, sino invitarlo a adoptar estilos de vida saludables como el comer balanceado, hacer actividad física y
dormir bien.



       Recuerde que comer lo que nos gusta de vez en cuando no tiene maldad, sin embargo el incurrir en hábitos dañinos para nuestro cuerpo y salud sólo dificultan nuestra cercanía a Dios. Así pues hermanos los invito a cuidar nuestra salud y bienestar, ya que como lo decía el apóstol Pablo, nuestro cuerpo, templo del Espíritu Santo es.

Por Asael Parra