lunes, 16 de diciembre de 2019

Las pastorelas


Probablemente a todos nos ha tocado ver alguna vez (tal vez participar en) una pastorela. Representada miles de veces en primarias y secundarias de todo el país, la pastorela aparentemente tiene un mensaje bíblico digno de navidad, mezclado con humor a la mexicana ¿sí es así, no?
Si nunca te preguntaste de dónde viene la pastorela porque pensaste que no habría de tener gran chiste, deja te digo que hay más tradición detrás de ella, de lo que creíste.

Un poco de historia  
Todo comenzó en el siglo XII (en plena edad media), cuando surgió un incipiente movimiento teatral conocido como los “autos sacramentales”; es decir, obras de teatro que representaban escenas bíblicas. Y el primero del que se tiene registro se llamaba “Auto de los Reyes Magos” (se llama “auto” porque significa “propio de”).

Estas obras se representaban con la intención (principalmente) de alabar a Dios o de evangelizar a la población. La iglesia católica se tomó de ellos para representar el misterio de la eucaristía y los sacramentos (de ahí el nombre).

Sin embargo no fie hasta los años 1500, que se comenzaron a popularizar estas representaciones, gracias principalmente a que autos de gran calidad literaria empezaron a escribir obras de este género. Incluso en los años 1600, nuestra vieja amiga Sor Juana Inés de la Cruz (la chavita ésta que salía en los billetes de 200 pesos) llegó a escribir autos sacramentales. 

¿Y qué tiene de especial la pastorela?
Resulta que cuando los españoles conquistaron Tenochtitlán y comenzaron a desarrollar la Nueva España y demás reinados de la colonia en América, se valieron de estos autos como herramienta de evangelización sobre la población indígena. Con los años, y conforme se fue generando una nueva sociedad novohispana en México, estas obras fueron adquiriendo un tono más jocoso y juguetón, llegando en algunas ocasiones a rosar con la burla y el sarcasmo.

Así llegamos a la “Pastorela”, un auto sacramental que narra la historia de los pastores que fueron a visitar a Jesús al nacer (pasaje que podemos encontrar en Lucas 2: 8-20). Vale mencionar que si bien, la historia se centra en dichos pastorcitos (de donde toma su nombre “pastorela”), diferentes versiones integran en mayor o en menor medida a José y María, y su camino a Belén.  

La biblia resume todo el viaje de los pastores a Belén en un solo versículo que dice “Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre” (Lucas 8: 16), pero los autores de las pastorelas han desarrollado toda una compleja travesía en la que el diablo y sus secuaces (generalmente siete diablitos que representan los llamados pecados capitales) intentan distraer a los pastores, hacerlos caer en pecado y evitar que lleguen al nacimiento de Jesús.

Por otro lado, los pastores tienen la ayuda de San Miguel, casi siempre acompañado de un segundo ángel menos inteligente y buen patiño (perfecto personaje para los chistes). San Miguel no suele ser tan abusado y listo como el diablo, pero siempre al final el bien triunfa y los ángeles derrotan a Satanás, permitiendo que los pastores completen su misión.

La pastorela acaba con ellos visitando a José, María y Jesús.

Tercer acto
En México, las pastorelas tuvieron un éxito tremendo y es tradición que año tras año se representen en vísperas de navidad. Muchas escuelas las representan antes de salir de vacaciones, grupos teatrales se presentan en fiestas y eventos locales y hasta películas se han grabado con esta temática.
Pero ¿es bíblica la pastorela? Si bien está basada en un pasaje bíblico que ya mencionamos, es verdad también que el 95% de lo que incluye una pastorela es sacado de la imaginación del autor y no de la palabra de Dios. Sin mencionar que los personajes de los ángeles se suelen denigrar y el humor en ocasiones puede ser muy vulgar.

La pastorela no es mala per se, puede ser una herramienta muy útil y divertida para recordarle a la gente que el verdadero significado de la navidad es Dios mismo amándonos y el nacimiento de Jesús. Pero no la convirtamos en un show corriente como cualquier otro. No mundanicemos la biblia, mejor evangelicemos al mundo.

Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado.
Lucas 8: 15