miércoles, 27 de julio de 2016

Medicina, nutrición y enfermedades en los tiempos de Cristo

Las 3 primeras palabras del título de este artículo guardan una gran relación entre ellas, que viene a ser más notoria en el Antiguo Testamento.

      Hay variedad de enfermedades que se pueden prevenir con la nutrición, o bien remedios caseros efectivos para curar ciertos males.
       La Biblia es un libro con una muy amplia variedad de temas, la salud equivale a vida, así que no es de sorprendernos que la Biblia haga referencia a este tópico, o haga mención de ciertas enfermedades como casos en los que Dios actuaba y se glorificaba en ellos, así como también indicaciones de cuidar nuestra alimentación y salud física, obviamente no por encima de nuestra salud espiritual (1 Timoteo 4:8).
Podemos ver ejemplos en los que se hablan de enfermedades y remedios como estos:
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      En Jeremías 8:22:
“¿No hay bálsamo en Galaad? ¿No hay allí médico? ¿Por qué, pues, no hubo sanidad para la hija de mi pueblo?”
En Génesis 37:25 se menciona que uno de los productos muy valiosos que transportaban en camello era este bálsamo, era un producto muy apreciado en el antiguo Oriente Medio y se consideraba un lujo. Este se extraía de los árboles, era una resina aromática y aceitosa, y sus propiedades curativas eran muy conocidas.

       Volvamos a Jeremías, que pregunta con tristeza si acaso había bálsamo en Galaad, en sentido figurado, pues el pueblo de Israel se encontraba lejos de Dios y no se arrepentían de su pecado, y el profeta se estaba refiriendo a que de esta manera no recibirían el “bálsamo” espiritual de Dios.
Podemos ver que si existían remedios muy valiosos, pero en este sentido Jeremías hablaba de la necesidad de ese bálsamo de Dios para la salud espiritual del pueblo.
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      En el libro de Isaías en el capítulo 38 habla cuando Ezequías enfermo de muerte:

Isaías 38:1 “Y había dicho Isaías: —Tomen una masa de higos y pónganla en la llaga, y sanará.”
Ezequías oró y clamó a Dios para que lo sanara, y Dios contestó su oración por medio del profeta Isaías, quien fue directamente con Ezequías diciéndole lo que Dios le había mandado decir, que era que Dios iba a añadir a sus días 15 años y además que libraría a la ciudad de manos del rey de Asiria (Isaías 38:4-6). Después de esto, Isaías pidió que tomaran una masa de higos y la pusieran en la llaga de Ezequías, y sanó.
·         Isaías 1:6

Isaías también habla de "heridas, golpes, llagas vivas" que debían ser "curadas, vendadas o mitigadas con aceite" (Isaías 1: 6).

"Desde la planta del pie hasta la cabeza
no hay en él cosa sana, sino herida,
hinchazón y podrida llaga;
no están curadas ni vendadas
ni suavizadas con aceite".

       En aquellos tiempos, los israelís no eran atendidos por médicos profesionales, y desconfiaban de médicos de otras naciones. En el antiguo Testamento los médicos no eran bien vistos porque los hebreos pensaban que era mejor confiar en Dios para que sus enfermedades pudieran ser sanadas.
En este sentido, podemos mencionar el caso del rey Asa de Judá cuando enfermó de gota en los pies, y dice la Biblia (2 Crónicas 16:12) que en su enfermedad no buscó a Dios, sino a los médicos, esto fue condenación para su vida, y murió.

      En el nuevo testamento (Marcos 5:25) vemos la situación de la mujer que tenía flujo de sangre desde hacía 12 años, había gastado todo en médicos y ninguno le daba una solución. En esos tiempos esos casos eran más comunes por los limitados conocimientos que había.

    En los principios del cristianismo, los médicos estaban asociados con el dios de la medicina y curación de la mitología griega, Esculapio, su símbolo era el caduceo (serpientes enlazadas alrededor de un báculo), y este es aun el símbolo de la profesión médica.
     En la Biblia se hace mención de varias enfermedades como la lepra, las hemorroides, la hidropesía (edema, retención de líquido), y las enfermedades estomacales (Deuteronomio 24:8, 28:27, Lucas 14:2, 1 Timoteo 5:23).

     Al leer la Biblia, nos damos cuenta que en esta no encontramos motivo de “alabar” por así decirlo, a los médicos, o motivos para pensar que la medicina es el único medio para obtener salud, pero tampoco se subestima su profesión. En Colosenses 4: 14 se llama a Lucas el medico “amado” pero esto más en un término espiritual que médico. Lucas usaba terminologías y descripciones médicas que sugieren que practicaba medicina moderna.

En Lucas 5:31 Jesús nos dice ”los que están sanos no necesitan médico, pero los que se hallan mal sí”, haciéndonos ver que era aceptable y coherente buscar a un médico para tratar enfermedades. Tampoco hay una base bíblica que nos haga referencia a condenar el uso de antibióticos, antisépticos o analgésicos, pues como vimos al principio de este artículo en el libro de Jeremías se nos habla de un bálsamo que pudiera tener estas características.

     De hecho,  muchas medidas de prevención de enfermedades son mencionadas en la Biblia, muchas de las cuales son usadas hoy día, vemos una vez más que la Biblia se ha anticipado en tantos aspectos así como en la medicina, salud y prevención de infecciones y enfermedades.

       Los principios para conservar la salud que menciona la Biblia siguen siendo igual de prácticos hoy, pues el objetivo principal de las leyes que Dios dio a Moisés, era prevenir enfermedades, y del mismo modo las medidas preventivas hoy han resultado más útiles que sólo centrarse en el tratamiento de la enfermedad. Por eso hoy vemos mucho este slogan: “Es mejor prevenir que curar” o “Más vale prevenir”.
       Cuando vemos estas leyes que Dios dio a Moisés se puede apreciar que la prioridad en ellas es la prevención para el cuidado de la salud. Mencionaremos algunas:
-Deuteronomio 23: 13 dice: “Y debes tener disponible una estaca junto con tus útiles, y tiene que suceder que cuando te agaches fuera, entonces tienes que cavar un hoyo con ella y volverte y cubrir tu excremento

       Para esos tiempos esta norma era una medida preventiva muy avanzada, para evitar enfermedades que se pueden transmitir por las moscas, como la shigelosis, tifoidea, disenterías, que aun en estos días son muy comunes sobre todo en lugares en los que no toman este tipo de medidas.

-En el capítulo 11 de Levítico se dice que las enfermedades se pueden transmitir por medio de insectos, roedores y agua contaminada. Este dato que puede parecer insignificante nos demuestra que la Biblia se adelanta a descubrimientos de científicos como Pasteur o Leeuwenhoek, que sucedieron milenios después.

-Acerca de las reglas y prohibiciones dietéticas se nos habla en Levítico 11: 13-20, entre esas prohibiciones se incluyen a predadores como las águilas, las águilas pescadoras, búhos, el cuervo y el buitre. Debido a que estos animales pertenecen al nivel superior de la cadena alimentaria, concentran gran cantidad de toxinas. En la ley de Moisés se permitía comer algunos animales vegetarianos que no pertenecían a una cadena alimentaria en la que se concentran toxinas.

-Las carnes que se prohibían eran porque contenían parásitos enquistados.

-En numerosos versículos del AT también se habla acerca del consumo de carne y sangre, Génesis 9: 4; Levítico 3: 17; 7: 26; 17: 10-16; 19: 26; Deuteronomio 12: 16; 15: 23. Esta prohibición también se menciona en el NT en el libro de Hechos 15: 20, 29 y 21: 25.

-Incluso las leyes morales en la Biblia son una manera de prevención contra las enfermedades de transmisión sexual (Éxodo 20: 14; Romanos 1: 26, 27; 1 Corintios 6: 9, 18; Gálatas 5: 19).

       Como podemos apreciar la Biblia nos da luz acerca de muchos aspectos biológicos, de las enfermedades más concurrentes, incluso datos muy adelantados para los tiempos en que se escribieron, pues la sabiduría de Dios va más allá de la sabiduría del hombre y el solamente es Creador de todo, y así como el da la salud, El también tiene derecho de quitarla, y por nuestra parte, nuestra responsabilidad es cuidarla.


Por Bárbara Garibay P.

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